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Líder o administrador ¿Qué requiero ser ahora?

Por Ana Elena Quijano Ferrer

9 noviembre, 2022

“Antes de ser líder, el éxito sólo se trata del crecimiento propio. Una vez que te vuelves líder, el éxito se define por el crecimiento de otros».

Jack Welch, exditector de GE
Podcast de 31 min. en voz de la autora:

¿Líder, Administrador, Gerente, Manager o Jefe?

Líder, Administrador, Gerente, Manager o Jefe son conceptos que que se utilizan por conveniencia y con mucha ignorancia, pero cuyas implicaciones prácticas en materia de expectativas, desempeño y remuneración en el mercado son muy grandes.

Por lo anterior, procederemos a aclarar las ideas:

Líder

Es la persona con la capacidad de convocatoria e influencia para lograr que otros le sigan voluntariamente en la búsqueda de un objetivo.

Administrador, Gerente o Manager

Son los roles que deben de aplicar el proceso administrativo (planificación, organización, dirección y control), en la organización o en su área de responsabilidad, para asegurar que los recursos disponibles (humanos, financieros y materiales) se utilicen de forma racional y de acuerdo con lo planeado, lo que, en teoría, deberá coadyuvar a lograr la rentabilidad y, consiguientemente, la continuidad de la entidad en un círculo virtuoso.

Imagen: Grupo Lídera

Jefe

Es una persona que tiene la autoridad o el poder conferido sobre un equipo o grupo para dirigir su trabajo o sus actividades.

En el mundo empresarial u organizacional las relaciones de autoridad jerárquica se representan a través de un Organigrama, que es el instrumento que muestra la estructura interna de una organización o empresa.

Los colaboradores y sus cargos se representan con rectángulos y otras figuras, siendo claro a través de este instrumento, qué rol tiene autoridad sobre otro, es decir, «quién es jefe de quién».

Ser «jefe» es un concepto neutro que no implica actitudes de tipo alguno, sólo una posición dentro de un organigrama.

Imagen: MarcaGo

Relación de cada rol con los resultados

Sabemos que los resultados en las empresas dependen de una multiplicidad de factores que muchas veces NO se encuentran bajo el control del líder o del administrador, pero que, sin embargo, requieren entender con claridad para poder incidir en ellos a través de respuestas ágiles y creativas.

Lo anterior permitirá abatir los obstáculos y encontrar, incluso en ellos, oportunidades de aprendizaje y mejora en beneficio del grupo o equipo de trabajo, pero siempre con un enfoque primario en el logro del objetivo común.

Por lo anterior, requerimos con urgencia formar líderes efectivos y administradores hábiles y flexibles que lo hagan realidad, buscando, en la medida de lo posible, que ambos roles confluyan en la misma persona.

“Debemos recordar, en todo momento, que el líder debe lograr que las personas quieran ir por su propia voluntad a buscar algo mejor de lo que hoy tienen, y esto es irreductible”.

Ana Elena Quijano

10 cualidades o habilidades básicas de un LÍDER EFECTIVO:

1. Visión para “RESPONDER”.

En ésta confluyen su capacidad de abstracción, la amplitud de miras, la intención de su curiosidad, la sinceridad de su interés, la calidad y practicidad de sus conocimientos y su experiencia profesional y de vida.

Además de poder VER, para RESPONDER necesita entender en qué mundo está viviendo y ser capaz de relacionar la comprensión de su entorno (estructura y coyunturas) con la empresa u organización en la que trabaja y la situación que se vive en ella, en el giro y en el país en el que se encuentra, incluso con respecto a sus posibilidades personales en cualquier sentido.

2. Poder de AUTOGESTIÓN

Por supuesto que estar consciente de la actuación propia es indispensable como premisa para poder dar el ejemplo, de ahí la importancia de una adecuada AUTOGESTIÓN que nos brinda la posibilidad de “ser dueños de nuestros actos”, o dicho de forma más humilde, poder autocontrolarnos y elegir la calidad de nuestras respuestas emocionales para afectar lo menos posible a los demás, o bien, para hacerlo en el sentido y formas correctos, generando un efecto específico y deseado en el otro.

3. Autoconciencia para liderar con el EJEMPLO

También es clásico hablar de la inspiración que debe generar el líder con su discurso y con su EJEMPLO para poder invitar a otros a creerle, a emularlo, a parecerse a él, a seguirlo. Esta es la razón por la cual, a lo mejor, nos enfrentamos actualmente a tal escasez de líderes en todos los ámbitos, a juzgar por el pésimo ejemplo de muchos de ellos.

Pero en nuestra condición humana, dar el ejemplo no es tarea fácil, así como reza el lema de la Escuela Naval Militar mexicana “el que ha de reprender debe ser irreprensible” ¿se imaginan las enormes implicaciones de esto a nivel de autoconciencia?

4. Comprensión del comportamiento humano para INFLUIR

Debemos recordar, en todo momento, que el líder debe lograr que las personas quieran ir por su propia voluntad a buscar algo mejor de lo que hoy tienen, y esto es irreductible.

Por lo anterior, el líder requiere tener un buen conocimiento del comportamiento humano y específicamente de los miembros de su equipo para poder INFLUIR sobre ellos, sobre todo si tomamos en cuenta que el liderazgo vinculante se da uno a uno, persona a persona.

5. Congruencia y estructura para la construir ESTRATEGIAS

La amplia visión y capacidad de síntesis casi instantánea del líder, más una buena dosis de valentía, motivación y realismo, necesitarán apoyarse en la habilidad para construir ESTRATEGIAS que permitan posicionar a la empresa, a su área, a sus productos o servicios, empezando siempre por uno mismo, y lograr hacerlo de forma alineada con dichas condiciones para evitar la dispersión de esfuerzos.

6. Empatía para COMUNICAR

El líder también debe saber COMUNICAR, y en esto radica el meollo del asunto, en que comprenda que, muy lejos de significar únicamente la acción de hablar con alguien o decirle algo, se refiere a transmitir, a hacer sentir, a ayudar a imaginar, a persuadir, lo que implica la habilidad y sensibilidad para producir una comunicación verdaderamente empática, individual y colectiva, que brinde significado y promueva la esperanza que traerán los beneficios del logro que se busca.

7. Claridad para establecer OBJETIVOS SMART

Para cuidar los recursos, que suelen ser escasos, como el tiempo, el dinero y la energía propia y ajena, el líder requiere prever la ruta que considere debe seguir para poder materializar el futuro que ha imaginado, es decir, requiere entender y unir las relaciones “causa-efecto” que permitan construir realidades más cortas, más segmentadas, más abordables.

Para facilitar lo anterior, es recomendable utilizar OBJETIVOS SMART por ser  específicos, medibles, alcanzables, realistas y sujetos a un tiempo específico, ya que son sumamente útiles, cuando se usan sabiamente, para reducir las discusiones absurdas o dispersas y que no llevan a nada dentro de un equipo, excepto a generar molestia y desperdicio.

8. Asertividad para PLANEAR

Para poder trazar “la mejor ruta” hacia los resultados que se buscan, y que quedaron definidos en la fase previa, ya que siempre existen muchos caminos y opciones, unos más largos o sinuosos que otros, es la PLANEACIÓN la que permitirá evitar, esquivar y/o resolver, hasta donde el líder pueda prever, los diferentes obstáculos que necesariamente encontrará en la ruta que haya establecido, por el sólo hecho del transcurso de los eventos cotidianos que no se pueden predecir.

9. Disciplina, apertura y flexibilidad para la EJECUCIÓN DEL PLAN

Pero al lograr estructurar un plan, hay que tomar en cuenta que, hasta ese momento, sólo tendremos papel o memoria digital consumida y el lapso de nuestra vida dedicado a producirlo.

Aquí la pregunta clave es: ¿Será valor agregado o será desperdicio? ¿De qué depende esto?  La respuesta está en la CALIDAD Y PRECISIÓN DE LA EJECUCIÓN DEL PLAN, repito, de su ejecución, NO de las intenciones que se hayan tenido alrededor de ésta.

10. Oportunidad para REACCIONAR

Aunque es la calidad de la planeación, por su asertividad, la que nos acercará o alejará del objetivo, es la capacidad de REACCIONAR la que muchas veces nos salvará del precipicio.

El líder positivo buscará que sus reacciones o las de su equipo se den dentro de un enfoque responsable, es decir, de volver a RESPONDER y ajustar oportunamente los planes para lograr los objetivos esperados.

Hemos llegado a otro punto medular donde aparece en escena la figura del ADMINISTRADOR en que debe convertirse el líder, pero obvio, con las mismas características en su trato humano, o bien pasar la batuta a otros, pero siempre permaneciendo involucrado.

Habilidades adicionales de un Administrador

Ya sea administrador, gerente o mánager, algunas de las HABILIDADES CLAVE, adicionales a las ya mencionadas, que requiere para lograr los objetivos son:

Capacidad para guiar a otros, a través de una comunicación eficiente.

Para una comunicación eficiente, en el amplio sentido de su significado, se debe tener presente que “yo puedo saber lo que te digo, pero no lo que tú entiendas”, lo que originará la aceptación o rechazo de los mensajes por parte de los involucrados.

Gestión del desempeño propio y del de sus colaboradores.

Esto implica entender las necesidades prácticas y motivacionales, propias y ajenas, generales y particulares, para poder obtener los compromisos “reales e informados” necesarios para lograr las “voluntades”, así como la empatía, flexibilidad y capacidad resolutiva necesarias para mantenerlas.

Coordinación de recursos y esfuerzos para que siempre coincidan en el espacio – modo – tiempo, esto incluye TODO.

Esta habilidad  y formas de llevar a cabo las cosas, a través de uno mismo o con otras personas, sea con un grupo gente o un equipo de personas, que complementándose logren que las cosas sucedan, y no sólo eso, insisto, que sucedan como deben suceder, es decir, dejar a lo fortuito sólo lo que realmente lo es, y no achacarle a ello todas nuestras deficiencias o errores personales.

En este sentido, descubrir nuestras verdaderas vulnerabilidades nos ayudará a crecer en lugar de que éstas nos consuman.

Administrar eficientemente tanto lo que se produce como a las personas que lo hacen, lo cual implica:

a) Lo que se produce: Que cumpla con la calidad necesaria.

Me refiero a cumplir con las expectativas de los clientes y proveedores (internos y externos) en tiempo y forma, es decir, de acuerdo con lo ofrecido, para lo cual requerirá motivación, empuje, orden, organización, proactividad, persistencia, flexibilidad, capacidad resolutiva, control e iniciativa, en ese orden.

b) Las personas que lo hacen: Esta parte es la más compleja de la ecuación, ya que las personas somos más sintientes que pensantes.

Hay que tomar en cuenta que una conducta o estrategia que se usa con una persona un día, puede no ser útil con la misma persona al día siguiente, lo que nos habla de la necesidad de tener una adecuada inteligencia emocional para permanecer íntegro y firme en el intento de influir en lugar de imponer para lograr que las cosas fluyan.

Preguntas de reflexión:

  1. ¿Has sido mayoritariamente LÍDER o ADMINISTRADOR durante tu desempeño profesional? Y eso ¿qué resultado te ha dado?
  2. Habilidades que debo desarrollar actualmente para ser un mejor:

Líder:

Administrador:

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