Por Ana Elena Quijano Ferrer
Octubre, 2022
«Del clima (laboral) dependen casi 1/3 de los resultados»
Hay/McBer
¡Resultados, resultados, lo único que importa son los resultados! ¿Te suena conocido? ¿Estás de acuerdo? ¿Podría ser diferente para cualquier empresa u organización? ¿De qué otra forma podría funcionar el empleo? ¿Y el esfuerzo? ¿Dónde quedan el esfuerzo y las buenas intenciones? ¿Y la calidad de vida laboral qué importancia tiene para generarlos?
Bueno pues, en principio (…y también al final), yo estoy completamente de acuerdo con esta afirmación, pero entendida en toda su amplitud. Me explico.
¿Qué es el resultado?
El resultado es el efecto o cosa que produce cierta acción, operación, proceso o suceso, lo que nos habla desde ya, de que independientemente de que nos guste o no, “un resultado” es inevitable a partir de las acciones o hechos ya ocurridos, de ahí la importancia de “pensar antes de actuar”. Recordemos al poeta Antonio Machado quien decía que “Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”.
En materia empresarial, el RESULTADO no siempre es un concepto claro en forma y tamaño, especialmente cuando no le preceden objetivos claros. Pero lo que sí es un hecho, es que la gran mayoría de las personas lo entienden como el aspecto cuantitativo – económico que le da sentido a la existencia de todo negocio, que es “bueno” si hay utilidad o “malo” si hay pérdida, dicho así … en “idioma blanco y negro”.
Resultados en tiempo y forma
Profundizando un poco más, reflexionemos sobre los famosos y siempre anhelados “resultados en tiempo y forma” que, en la mente de los líderes o administradores, tienen significados explícitos, pero muchas veces fantasiosos:
- En TIEMPO no siempre se refiere a una fecha preestablecida y comunicada que, a su vez, obedece a una clara serie de eventos planeados y esperados ¡No! Sino más bien a un “cuando los necesito”, “rápido”, “cuando me acuerdo”, “en cuanto los tengas” o simplemente “para ayer”, y si la urgencia es demasiada, entonces “para antier”.
- En FORMA tampoco se refiere necesariamente a la manera en “como planeamos, acordamos o dijimos”, sino más bien a un “¡Así nooo!”, “¡Te equivocaaaste!”, o un poco más amablemente, “no era lo que esperaba”, dejando un “sello de incompetencia” en el alma del colaborador que los presenta o los produjo.
Otro enfoque de “RESULTADOS EN FORMA” que yo prefiero, con el que me quedo siempre y que no es posible soslayar, a riesgo de “perder hasta la camisa”, es el hecho de que generarlos implica necesariamente acompañarlos de bienestar para quienes los producen.
¡Y claro que me refiero a absolutamente a TODOS! Desde el empresario hasta el último de los trabajadores, pasando también por sus proveedores y clientes, recordando siempre la siguiente fórmula de vida, aplicable a todas las personas en todos los campos, personal y profesionalmente ¡Sólo hay que imaginar su importancia para lograr una verdadera calidad de vida laboral!
Ser + Hacer = (Ob)Tener |
Donde:
- SER se refiere a lo que “somos” como personas, a nuestra esencia, nuestra personalidad, nuestros valores, sesgos y creencias, a nuestra forma única de percibir, lo que por supuesto incluye la manera de interpretar lo que es la calidad de vida laboral y personal.
- HACER es nuestro comportamiento, es decir, nuestras acciones y las emociones que generan cada una de las actitudes que expresamos. Es lo que “hacemos” a partir de nuestra personalidad y la forma en que nos vemos influidos por las condiciones del medio, ya sea que las sepamos leer o no, que nos demos cuenta o no. Propiamente es lo que cada uno suma o resta a la calidad de vida laboral de uno mismo y del equipo.
- (OB)TENER es el resultado irremediable de nuestras acciones conjuntamente a los factores del medio. Es lo que “obtenemos” sin importar que lo consideremos positivo o negativo, que nos convenga o no. Por lo tanto, la calidad de vida laboral es también uno de esos resultados.
Insisto, esta ecuación terca, cruel e irremediable aplica para cualquier ámbito de la vida humana, individual o colectivo, por lo que sean cualesquiera nuestros intereses u objetivos, más nos conviene concienciar que usualmente somos “víctimas de nosotros mismos”, y que para fortalecernos contamos con la esperanza que nos brinda nuestra accountability, es decir, la capacidad de RESPONDER ante la vida.
Regresando a la aplicación de esta ecuación al ámbito empresarial, profesional o laboral, ahora es fácil comprender que no existe la posibilidad de generar resultados, buenos o malos, sin la participación de las personas, y cada una de ellas así, tal como es, como un “paquete completo”.
¿Se puede decidir con la «cabeza fría»?
Actualmente es un hecho consabido que las personas nos movemos fundamentalmente por emociones y por los pensamientos que las causan, resultando imposible separar unas de otros. Entonces, ¿Qué ocurrirá con los LÍDERES que insisten en escindir, al menos en su mundo teórico, los pensamientos y decisiones del aspecto emocional, en su lucha por pensar con la “cabeza fría”?
Es así como el hecho de que los líderes intenten separar “la parte económica o resultados” de “la parte humana”, ya sea en sí mismos o en sus seguidores, no sólo es imposible, sino también un total despropósito del liderazgo, a pesar de que he escuchado esta idea literalmente miles de veces a lo largo de mi vida como consultora.
La razón de lo anterior es que la salud de las empresas u organizaciones también implica la forma de conseguir los resultados y la sustentabilidad de estos. Nuevamente nos referimos al motor y causa de todo: LAS PERSONAS, con todo lo que somos y sentimos, con nuestros talentos y también con nuestras vulnerabilidades ¡Ni modo! Así es.
¿Qué es la calidad?
Como muchos otros conceptos, CALIDAD es un término que cada uno entiende como quiere: hacer las cosas bien y a la primera, hacer algo con excelencia, hacer más y mejor, en fin, por eso pensar en CALIDAD DE VIDA se vuelve un concepto amorfo porque, aunque se intente vivir con excelencia, la experiencia nos indica que casi nunca salen las cosas exactamente como uno quiere.
Para facilitar la comprensión de la relación que existe entre la calidad de vida (bienestar humano) y los resultados empresariales (en cualquier sentido que se quieran analizar), adoptaré de forma arbitraria, pero conveniente, la descripción de CALIDAD contenida en la Norma ISO 9000:
Pero ¿A quién debe cumplir esas expectativas, esos requisitos? ¡Al CLIENTE que será el beneficiario de ellos!
¿Qué es la calidad de vida?
Tomando en cuenta que hablando de calidad de vida el cliente es UNO MISMO y que, de acuerdo con la OMS (1994), “calidad de vida” es la percepción del individuo sobre su posición en la vida dentro del contexto cultural y el sistema de valores en el que vive y con respecto a sus metas, expectativas, normas y preocupaciones, tenemos que:
Por supuesto que el ser humano cuando decide lo hace pensando en que le vaya bien, es decir, lo hace con base en criterios bienintencionados que terminan siendo sólo ejercicios del tipo “ensayo – error” de lo que creemos que nos funcionará para ser exitosos, o más populares, o más guapos o más ricos ¡Para tener una mejor vida pues! Por lo que la sabiduría personal se forja a partir de nuestros intentos fallidos y de nuestra resiliencia para superarlos.
Sin embargo, muchas veces, cuando conseguimos el objeto de nuestro deseo, entendemos rápidamente que la felicidad no estriba en dichos logros sino en la forma de alcanzarlos y que tocan profundamente nuestra satisfacción, nuestra emoción, nuestro sentido de logro, nuestras ganas de seguir adelante y que, en tal caso, nos ayuda a contactarnos fácilmente con nuestra identidad.
La Rueda de la vida
Para ayudar a que cada lector pueda visualizar su propio nivel de calidad de vida real vs. la que desea, podemos adoptar la técnica de la rueda de la vida que Paul J. Meyer, fundador del Success Motivation Institute, elaboró a partir de la inspiración budista tibetana que obtuvo.
Sólo requieres hacer clic en cada aspecto para calificarlos con una puntuación de acuerdo con el grado de satisfacción que sientes respecto a ellos. El rango va del número 1 al 10, siendo 10 la máxima puntuación. Al terminar puedes bajar tu archivo haciendo clic en la parte superior derecha de la imagen.
Ahora estás listo para preguntarte seriamente:
¿Cómo puedo abatir la brecha que hay entre la vida que quiero llevar y me conviene, respecto a lo que estoy haciendo ahora?
Decide en qué área, de todas aquellas a mejorar, vas a comenzar a trabajar. No siempre es necesario empezar por aquella que tiene una puntuación más baja, ya que dependiendo del momento vital en el que te encuentres será más recomendable darle prioridad a una que no tenga la calificación menor.
Es importante que analices las relaciones o vínculos entre los diferentes ámbitos de tu vida, ya que esto también puede ayudarte a tomar una decisión al respecto. Define puntualmente un objetivo claro y traza una ruta de mejora para alcanzarlo.
Pero, si los argumentos anteriores no apoyan del todo la necesidad de buscar calidad de vida para todos los involucrados en brindar los resultados económicos en una empresa, le recuerdo al lector la existencia de la “Teoría de la Pirámide de Maslow” que explica los impulsores de la conducta humana, de acuerdo con la satisfacción de las necesidades de todas las personas.
De lo anterior, se desprende que una persona puede ser creativa y verdaderamente productiva, básicamente cuando a través de su trabajo busca autorrealización, que es la parte superior de la pirámide.
Por lo tanto, las empresas que no cuentan con personas automotivadas por su propia autorrealización, especialmente si ocupan el rol de líderes, difícilmente serán buenas acompañantes o guías para construir el futuro que requieren las organizaciones para sobrevivir en un mundo tan competido y lleno de todo tipo de retos.
Conclusión
Hacerle saber al líder que no lo sepa y recodarle al que sí, pero que a veces lo olvida, que los resultados sólo los dan las personas, que las personas somos más sintientes que pensantes, que la calidad de la ejecución de nuestro trabajo depende de la forma en que nos sentimos, de nuestro nivel de entusiasmo, motivación e interés y que, como círculo virtuoso, esta plenitud es precisamente el motor del buen desempeño, mucho más allá de la insinuación o solicitud directa de cualquier jefe o líder por amable o duro que éste sea.
Pero en nuestra calidad de Líderes ¿cómo podemos impulsar este círculo virtuoso?
Únicamente bajo el cobijo de un ambiente laboral propicio, promovido por líderes visionarios y responsables (que saben RESPONDER) y que entiendan sensiblemente en ellos mismos su necesidad de equilibrio emocional, a partir de la construcción de su propia calidad de vida y de una CULTURA interna que la respete y la promueva en el ámbito laboral para TODOS, repito, para TODOS.
Si un líder no comprende lo anterior ¿Cómo podría darse cuenta de las necesidades ajenas acerca de la construcción de una vida mejor para poder dar también lo mejor en el trabajo?
Sugiero al líder contestarse las siguientes preguntas:
- ¿Esperas que tu gente esté conectada 24/7?
- ¿Piensas que la autogestión implica sólo decirles a tus colaboradores lo que buscas y luego pedir resultados?
- ¿Crees que el compromiso de tus colaboradores se demuestra con sacrificio?
- ¿Declaras a tus colaboradores tenerles total confianza, pero los micro gestionas?
- ¿Consideras que tienes un equipo porque todos los integrantes están en un chat de grupo?
- ¿Asumes que tus colaboradores ya entendieron sólo porque no expresan dudas?
- ¿Crees que existe un buen ambiente de trabajo porque nadie se queja?
- ¿Te llevas «bien» con tu gente, pero a veces los tratas como si su perfil fuera de «tapete»?
- ¿Aislada o frecuentemente expresas frases como «No venimos a hacer amigos sino a trabajar» o «No te pagan para pensar sino para hacer»?
Temo decirte que, si respondiste afirmativamente a cualquiera de las anteriores preguntas, te sugiero revisar tus paradigmas acerca de lo que es el liderazgo y para qué sirve un verdadero líder, te conviene porque de lo contrario, vivirás constantes desilusiones y tenderás a creer y a llamar “falta de compromiso de la gente” lo que no es otra cosa que la falta de visión y asertividad de tu liderazgo. Piénsalo y en su caso, pide ayuda.
Ahora vuelvo a la pregunta inicial: ¿Lo único que importa en una empresa u organización son los resultados?
Y procedo a responderla:
Preguntas de reflexión:
- ¿Sabes lo que cada uno de tus colaboradores busca como calidad para su vida?
- Si la respuesta es afirmativa, entonces ¿Cuáles son las cosas que haces como jefe o como líder para apoyarlos a obtenerla?
- Si la respuesta es negativa, entonces ¿Qué puedes hacer en adelante como jefe o como líder para apoyarlos a obtenerla?
- Como líder ¿De qué manera puedes hacer visible tu interés en elevar la calidad de vida laboral para todos tus colaboradores, incluyéndote, y a la par buscar la mejora de la rentabilidad?
www.lidera.com.mx/diagnosticos
BLOG LIDERAZGO EN SUMA.
Si requieres promover la autogestión y fortalecer la CULTURA de tu empresa ¡Pide ayuda! Soluciones GARANTIZADAS para la formación de líderes.